lunes, 5 de enero de 2009

Namida

A veces duelen tanto Dios mío, como si el dolor fuera un fuego que pugna por salir del cuerpo...
por eso decidí no llorar nunca más...y he cumplido.
Porque la última vez que lloré no podía parar... y dolía tanto.... y es tan triste saber que no a terminado.
Está mal.
Si tuviera dónde ser feliz... si tuviera dónde....

No hay comentarios:

Publicar un comentario