Mudanza

No sé si vuelva a escribir aquí ya que encontré un sitio un poco más boni donde gastar espacio virtual así que digamos que me mudo, no sé si alguien siga leyendo esto, pero por si acaso en una de esas (risas) así que eso, no lo borro porque hasta el día de hoy me arrepiento de haber borrado el otro pero chaín, igual, a todos mis fans debo decirles que blogger es algo que tomo mucho en cuenta y me gusta leer y mirar las cosillas que publica la gente así que no dejaré de pasarme por estos lares, ji ji ji.
Estoy triste...

Me gustaban esas tardes de verano (de un verano de verdad) cuando sonaba el timbre del colegio y podía pararme bajo ese árbol florido a esperar mientras todos se iban sólo por el gusto de irme con ella. Lo recuerdo con mucho cariño, tirar barquitos de papel a la inundación de ese patiecillo central, las goteras del pasillo de techo semicilíndrico, las mesas de trapecio, guerras de agua con botella, la melancolía de llegar a santa ana, las clases en la sala de música, sus celos esporádicos y su inexplicable ternura, el romero de la sala que parecía barco, las cortinas rosadas que se volaban, los coyak de soda, su sonrisa cruel, las salidas al techo, las hojas secas por marín, los columpios de madera, las tardes en busta, la callecita del recorrido alernativo cuyo nombre olvidé, las mil escaleras hasta el cuarto piso, el amanecer desde santa isabel... tantas cosas a las que al final renuncié y no sé por qué. En algún momento mi vida se detuvo y cómo me gustaría que volviera...