lunes, 28 de noviembre de 2011

no sé qué decirte, lo último que quiero es herirte, pero si esta cosa tiene nombre, definitivamente se llama confusión. ¿cuál es el argumento que tengo para rechazarte? ninguno, por eso no quiero que lo digas, soy una mala persona, soy prejuiciosa y no puedo cargar con esto. Soy débil, infinitamente débil, no puedo enfrentarme a todo el mundo por ti, no te amo ¡qué tristeza! tú pareces ser de los que quieren, pero yo, yo no lo merezco, o no quiero merecerlo.

y...

el miedo me embarga nuevamente.
¿Y si no sirvo para esto?
¿y si no tengo la fuerza?
¿y si no soy capaz de demostrarlo?
¿y si se repite la historia?
por favor no, qué pesadilla...
Lo que no te mata te fortalece. Cuán cierta y cuán triste es esta afirmación.
En situaciones como ésta yo lloraría, querría escapar. Ahora no siento más que el eco de lo que alguna vez fui. Siempre es lo mismo: yo gritando a lo lejor, mil leguas bajo el mar. Nunca logro hacerme caso. Como si en vez de corazón ahora luciera una piedra.
Me gustaría que no te preocuparas por mi. O que te preocuparas de verdad.
Cómo me gustaría que confiaras en mi. (aunque ninguna garantía tengo)

martes, 8 de noviembre de 2011

Hoydía dormí 4 horas, me corté un dedo, me hicieron exponer de algo que no tenía total claridad de qué era, me sentí infinitamente sola, mi mamá me retó y me humilló por hueás que hace rato debió 'perdonarme', me equivoqué en la fecha de entrega del trabajo culiao, mi hermana me dijo que hueá mía si quería ser cesante (en mala), no sé qué chucha hacer con mi vida, pero me siento miserable.
hoydía descubrí que si alguna vez tuve sentimientos ya no me queda ninguno.