lunes, 28 de noviembre de 2011

no sé qué decirte, lo último que quiero es herirte, pero si esta cosa tiene nombre, definitivamente se llama confusión. ¿cuál es el argumento que tengo para rechazarte? ninguno, por eso no quiero que lo digas, soy una mala persona, soy prejuiciosa y no puedo cargar con esto. Soy débil, infinitamente débil, no puedo enfrentarme a todo el mundo por ti, no te amo ¡qué tristeza! tú pareces ser de los que quieren, pero yo, yo no lo merezco, o no quiero merecerlo.

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